El lunes, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, dijo que el comentario se había hecho "en broma".

Bueno, resulta que no era una broma después de todo. Hoy, Trump se ha reafirmado en Twitter y ha dicho en una entrevista que "no bromea"sobre la ralentización de las pruebas. Mientras tanto, la administración sigue reduciendo su grupo de trabajo sobre el coronavirus, incluso cuando Estados Unidos registra un aumento de los casos.

Hasta el martes, al menos 915 habitantes de Carolina del Norte están hospitalizados con COVID-19, más de 1.200 han muerto y se han confirmado más de 54.000 casos del coronavirus en el estado. Y durante meses, el gobernador Cooper ha pedido al gobierno federal más kits de pruebas para ayudar al estado a contener la propagación del virus.

"Con cada día que pasa, Donald Trump parece subrayar la necesidad desesperada de nuestro país de un nuevo presidente", dijo el director de comunicaciones del NCDP, Austin Cook. "Estados Unidos ha estado lidiando con esta crisis durante meses, y en lugar de un liderazgo competente que guíe nuestra respuesta, nuestro país ha sido dirigido por un hombre cuya limitada capacidad mental claramente le impide comprender la gravedad de la situación. Este tipo de comentario deshonra a los más de 120.000 estadounidenses que ya han perdido la vida a causa de este virus y a los millones más -en Carolina del Norte y en todo el país- que siguen en riesgo de contraerlo."